En nuestros tiempos todos tenemos tecnologías en casa, ya sea una televisión, ordenador, lavadora, etc. Es inconcevible la idea de que no haya algún aparato electrónico en ningún hogar.
Vamos a centrarnos en la televisión y en el ordenador. Como bien dice R. Sánchez Ferlosio, la televisión “es el mejor canguro: sale barato e hipnotiza a los pequeños. La familia y la escuela pesan poco frente a este primer poder pedagógico”.

También, dado todo el tiempo que pasan delante del televisor, las compañías, con la publicidad masiva, intentan hipnotizar a los niños y que pidan lo que sale a sus padres.
Para solucionar esta situación se puede crear un horario, en el que el niño tenga un tiempo determinado para ver la televisión y el resto para hacer todo tipo de actividades.
Pero para que se de esta situación el control de los padres debe ser mayor, no sólo dejarles viendo la televisión para poder hacer otras cosas ellos.
Aunque no todo en la televisión es malo. Existen muchos programas que son educativos, además de que los padres y los hijos pueden disfrutar de él juntos.

Tenemos que seguir unas pautas parecidas a las de la televisión, como son el horario y también el compromiso de los padres. Porque si se les enseña a utilizarle de forma adecuada y con un control regulado los niños pueden emplearlo para cantidad de actividades que fomentarán su aprendizaje y socialización.
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